Seguramente algunos de ustedes han pasado por esto: cuando están solteros, agendas llenas, compromisos y responsabilidades, el estar en forma es parte de su día a día o puede que sea la meta del año. Fantabuloso. Pero para muchos otros, cuando llega el amor, esa meta de estar en forma se traduce en kilos extra.
Y pues si, la ciencia parece confirmarlo: el amor engorda.
Si bien la época de “cacería” te pone con los sentidos más agudos, quieres estar de lujo para tu crush, verte y sentirte de lo mejor, es fácil que las saliditas, los traguitos, las cenitas románticas se traduzcan en algún kilo extra.
Pero la cosa se pone peor cuando la relación se «consolida». Según un estudio de la revista Obesity, las parejas que han estado juntas son más propensas a ganar peso. La investigación citada en Livestrong.com señala que las mujeres casadas pueden ganar hasta 12 kilos en los primeros cinco años de matrimonio mientras que los hombres ganan hasta unos 15 en el mismo periodo de tiempo. Por otro lado, las parejas que viven juntas pero no se casan, no ganan la misma cantidad de peso (pero ganan algo así que no crean que la solución está en no firmar los papeles).
Otro estudio nos dice que las parejas jóvenes que están contentas en los primeros años del matrimonio tienden a ganar peso mientras que aquellos que aún casados no se sienten satisfechos, no ganan tanto. Esto al parecer tiene que ver con la motivación: ya atraparon a la presa y no sienten que tienen que mantener el peso para atraer al sexo opuesto. Quizás si no estás contento, puede que pienses en volver más pronto al mercado…
Esto también tiene que ver con las conductas que imitamos. Sentir que comes igual -en cantidad- que tu pareja o que esa complicidad de comerse el heladito antes de ir a la cama tiene que ver más con igualar conductas que con un acto de amor.
En el estudio de Obesity se resaltó que el convivir se asocia más con la obesidad. Las mujeres que viven con una pareja romántica tienen una mayor probabilidad de volverse obesas en un año, y las probabilidades de los hombres en dos años. Segun los investigadores, si una persona en una pareja casada se vuelve obesa, su cónyuge también tiene un 37 por ciento más de probabilidades de volverse obeso. ¿Razón? Los patrones de comportamiento son contagiosos: cuando vives cerca de otra persona, alguien con quien quieres pasar tiempo, es más probable que comas las mismas cosas y hagas las mismas actividades.
Hay maneras no sólo de perder esos kilitos de más, sino de hacer de tu matrimonio una «unión saludable».
Si nos basamos justamente en esté último punto (las conductas que imitamos de nuestras parejas) hay cosas que podemos resaltar para que el tiempo juntos no signifique “engordar juntos”. Hay maneras no sólo de perder esos kilitos de más, sino de hacer de tu matrimonio una «unión saludable».
Consejos para mejorar tu alimentación en pareja
No hagan del tiempo juntos «tiempo para comer con diminutivos»:
Si los dos llegan cansados del trabajo, obvio que van a querer un poco de comida que los reconforte ¿Cierto? Pero no tienen que hacer de ese momento la hora de comer una pastica, un sanduchito, una pizzita (porque juramos que si le ponemos diminutivos no engordan tanto). Hagan de esa hora, el momento de comer sano, con comida que les llene el tanque de la gasolina correcta para descansar y preparar la próxima jornada. Esto empieza por lo que tengas en la cocina: si tienes comida chatarra, eso es lo que vas a comer, pero si tienes opciones saludables, pues no falla, pues tus opciones son comer sanito.
Hagan las compras del mercado juntos:
Vayan al super con una lista en mano de lo que realmente se van a comer en la semana. Así es menos probable que pases por los pasillos del super pensando en lo que “te provocaría” comer. Llenen su carrito de compras de vegetales, pollo, huevos, clara de huevo, atún, avena, pan integral, leche descremada, etc. Eso si, traten de hacerla un día fijo, los sábados en la mañana, los domingos en la noche y no con hambre. Porque ir en la semana después de la jornada laboral donde además de cansados siempre siempre vas a tener más hambre, es mucho más probable que ganen las galletas, el helado y los Munchitos que los vegetales y las proteínas magras.
Saca tiempo sólo para ti:
Ok el amor no es pérdida de la individualidad linduras. Siguen siendo seres independientes porque no nacieron pegados por el ombligo. Y tiempo para sus individualidades van a tener que buscarlo porque por arte de magia no va a aparecer. Entre tener la casa limpia, cocinar, trabajar, y hacer cosas importantísimas como espiar a tus amigos en Instagram, tienes que sacar un tiempo para hacer ejercicio y cuidarte. Y tienes que tomarlo como el «tiempo para ti». Velo de la misma manera positiva que hacerte las uñas, ir a la peluquería o ver una buena serie en Netflix, que seguramente es una de las actividades que no has desechado así tengas 10 años de matrimonio. Tus ejercicios pueden ser también tu tiempo único y egoísta para ti. Y si te falta apoyo, pues usa el tip siguiente.
Hagan actividades físicas juntos:
Más allá de las clásicas que están implícitas en vivir en pareja (no sean mal pensados, hablo de lavar la ropa, barrer, recoger la cocina) inscríbanse en una clase de ejercicios que les guste, dense apoyo para ir al gimnasio, sean el cheerleader de cada uno en la actividad física. Esto es perfecto para las parejas donde ambos necesitan de ese empujoncito para hacer ejercicio.
Pues la propuesta es no ser parte de las estadísticas. Ojalá el amor les traiga momentos maravillosos y no una talla extra de pantalón.
Este artículo es gracias a:
Clementina Ramos. Periodista venezolana dedicada al fitness y creadora de The Fitness Therapy. Ha colaborado en publicaciones como Women’s Health Chile y México, la web de Sascha Fitness y el blog de Paleo Bull. Ahora radicada en Las Palmas de Gran Canaria, brinda sus tips a través de su cuenta de Instagram Clementinax donde espera que la gente entienda un poco de la vida saludable con un poco de humor.