Hace décadas se entendía el cuerpo y la mente como dos entidades separadas e independientes: la psique y el soma; lo intangible y lo material. No obstante, con el paso de los años se fue cambiando esta concepción y se fue tratando ambos como un todo interconectado, como dos caras de una misma moneda.
En la actualidad, podemos encontrar multitud de estudios que demuestran que mente y cuerpo no funcionan por separado, sino que existe una relación bidireccional entre las funciones físicas y psíquicas.
La actividad física potencia algunas capacidades cognitivas (memoria, atención, orientación, etc) y ayuda a sentirse mejor (se segregan endorfinas que generan un estado de felicidad, se disminuye los niveles de cortisol, se mejora la autoestima, etc.). Asimismo, el propio estado anímico y las habilidades mentales influyen en el estado físico y en el rendimiento deportivo, algunas veces potenciándolo y otras, empeorándolo (por baja motivación, conductas de autosabotaje, falta de concentración, etc.).
Hoy en día, no existen dudas sobre esta relación cuerpo-mente, pero ¿cuánto sabemos realmente sobre esta relación? Y… ¿hasta qué punto dedicamos tiempo a entrenar las habilidades mentales de cara a rendir mejor en los entrenamientos deportivos?
Cuatro factores mentales que influyen en el rendimiento deportivo:
Aunque el rendimiento deportivo puede verse influido por multitud de variables, los pilares en los que se centra la Psicología Deportiva son cuatro:
Motivación
La motivación es un estado interno que impulsa a realizar o mantener una determinada acción. Suele fluctuar bastante, por eso es muy importante saber mantener un buen nivel de motivación.
Marcarse buenos objetivos; seleccionar metas, tanto a corto como a largo plazo, que permitan medir el progreso; realizar entrenamientos estimulantes y celebrar los pequeños logros, son elementos fundamentales para sentirse motivado.
Autoconfianza
Un atleta debe creer en sí mismo y en sus capacidades. Un deportista que duda de su potencial y no se siente seguro de lo que hace y cómo lo hace, no puede dar lo mejor de sí mismo y le va a costar mucho más alcanzar sus objetivos.
Como dijo Carl Lewis (atleta estadounidense):
“Si no tienes confianza, siempre encontrarás una forma de no ganar”.
Concentración
Estar enfocado en el momento presente y depositar toda la atención en lo que se está haciendo y cómo se está haciendo es clave para un correcto desempeño. Centrarse, mientras se entrena o se compite, en errores pasados o en posibles acontecimientos futuros, puede causar sensaciones negativas que afectan al rendimiento.
Control emocional
Es habitual que un deportista de alto rendimiento presente un alto estado emocional. Los nervios previos a una competición, la presión que recibe de múltiples fuentes, las rutinas muy marcadas y los sacrificios que debe hacer para conseguir los objetivos, pueden generar reacciones emocionales intensas de rabia, tristeza, alegría, ansiedad, decepción, entre otras. Dejarse inundar por estas emociones puede hacer que el atleta se distraiga o, incluso, que su motivación y rendimiento caigan en picado.
Saber controlar estas experiencias emocionales será lo que marque la diferencia.
Las habilidades mentales también se pueden entrenar
Las habilidades mencionadas no trabajan de manera independiente, sino que se encuentran interconectadas entre sí, influyéndose unas a otras a la misma vez que reciben influencias de terceros (descanso, alimentación, salud física, etc.).
Cuando se comete, por ejemplo, un error en un entrenamiento, este puede generar sentimientos de rabia y decepción, que a su vez influyen en la confianza y en la motivación del atleta. Esta falta de confianza y motivación puede generar problemas de concentración que, en consecuencia, afectan a la buena ejecución de los ejercicios, produciendo, de esta forma, más errores en el entrenamiento.
Por este motivo, para evitar entrar en un bucle como el descrito en el párrafo anterior, es recomendable, al igual que se dedica tiempo para mejorar la técnica, la destreza y las capacidades físicas, dedicarle tiempo a esta parte cognitiva y emocional que ayudará a sacar el mayor provecho a la parte física.
¿Cómo mejorar las habilidades mentales?
Existen diferentes métodos para entrenar la mente con el objetivo de desarrollar una buena concentración, motivación, autoconfianza y control emocional.
Algunas de las técnicas que más se emplean con el objetivo de conseguir una mente más fortalecida son:
- Autoconocimiento.
Para poder desarrollar la autoconfianza, primero hay que entrenar el autoconocimiento. Saber identificar las propias fortalezas y las debilidades es clave para poder seleccionar qué capacidades potenciar y qué capacidades mejorar.
Un atleta que toma conciencia de sí mismo puede reconocer más rápidamente sus emociones y reaccionar ante ellas; distinguir en qué momentos se puede rendir más y en qué momentos menos; perdonar sus errores y aprender de ellos; celebrar sus logros y, sobre todo, saber hacia dónde dirigir sus esfuerzos, sacando el mayor provecho a sus capacidades.
- Atención plena.
También conocida como meditación, es la práctica que tiene como objetivo la orientación de la atención al momento presente.
Focalizar la atención y la energía en un objetivo concreto, ya sea a un momento (presente), una parte del cuerpo (un músculo) o una función corporal (la respiración) ayuda al control emocional, reduce el estrés, facilita la concentración, favorece la toma de decisiones y disminuye el ruido mental.
- Relajación muscular progresiva.
La relajación muscular progresiva de Jacobson es una técnica que se emplea con el fin de aprender a distinguir las tensiones musculares para poder reaccionar ante ellas.
La técnica se basa en la contracción y relajación intencionada de los distintos músculos con el objetivo de que el cerebro aprenda a distinguir de forma consciente cuando un músculo está tenso y cuando está relajado. Una vez se aprende, la persona puede controlar a su antojo la relajación de aquellos músculos que ha aprendido a detectar como en tensión.
Asimismo, como se tiene que dirigir la atención a los músculos durante esta práctica, también se entrena la atención plena mencionada en el apartado anterior.
- Imaginación.
Una cosa interesante del cerebro es que no sabe distinguir, en muchas ocasiones, la realidad de la imaginación. Esto quiere decir que, si imaginamos una amenaza, aunque esta no sea real ni esté presente, el cerebro prepara al cuerpo para combatirla (el pulso se acelera, la boca se seca, los músculos se tensan, la respiración se agita, etc.). No obstante, al igual que se puede generar reacciones negativas, también podemos provocar reacciones positivas. Por ejemplo, imaginarse ejecutando los ejercicios, ayuda a la consolidación de los aprendizajes. Por otro lado, visualizar de forma positiva una situación que está próxima a darse, viéndose a sí mismo desempeñando con éxito la prueba, puede generar una mayor sensación de control de la situación y de las propias capacidades y, además, una disminución de la ansiedad previa a la competición.
¿Esto solo es aplicable para el deporte de alto rendimiento?
La respuesta, sin lugar a dudas, es no. Cualquier persona se puede beneficiar de estas habilidades.
Cuando entrenamos en el gimnasio para conseguir una meta concreta (que no tiene por qué ser para una competición deportiva o federada) como, por ejemplo, disminuir grasa corporal, conseguir una mejor condición física, pasar las pruebas físicas de una oposición, etc. también nos encontramos con situaciones en las que la motivación fluctúa y con ella nuestro desempeño. Se nos presentan momentos en los que nuestro rendimiento es mayor y conseguimos mejores resultados y momentos en los que nuestro rendimiento es mucho menor y nuestra motivación decae.
Conseguir lo que uno se propone depende de lo fuerte que seamos mentalmente. Si no disponemos de esa fuerza, raramente podremos alcanzar los objetivos.
“Hay una fuera motriz más más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”.
Albert Einstein
Escrito por:
Arabia Díaz Negrín – Psicóloga con Mención en Psicología de la Salud e Intervención en Trastornos Mentales y del Comportamiento, cuyo número de colegiada es P-02682.
Referencias y fuentes
https://es.velitessport.com/exito-deportivo-entrenamiento-mental/
https://www.hsnstore.com/blog/salud-y-belleza/buenos-habitos/entrenar-mente-deporte/
https://www.efdeportes.com/efd73/imagina.htm
https://www.efdeportes.com/efd128/autoconfianza-y-deporte.htm