Al principio de cualquier práctica deportiva es habitual que nos sintamos mucho más motivados que cuando ya llevamos un tiempo practicando la misma actividad.
Esto se debe, en parte, a la curiosidad que genera la novedad, por ejemplo, cuando empezamos en un nuevo centro deportivo, practicamos nuevos ejercicios, exploramos nuevas capacidades, etc. Y, por otra parte, porque experimentamos un progreso relativamente rápido que retroalimenta la motivación, haciendo que nos adhiramos mejor a la rutina y nos esforcemos muchos más (dando así mayores resultados).
No obstante, con el paso del tiempo, tanto el cuerpo como la mente se va habituando a los estímulos y el progreso se tiende a ralentizar, produciendo un estancamiento en las marcas que desemboca en una desmotivación con la práctica deportiva.

Sabido esto, ¿de qué hablamos cuando hablamos de motivación?
Motivación, ¿qué es?
La palabra motivación proviene del latín “motivus,” que significa movimiento y se trata de un estado que nos impulsa a actuar, iniciando o manteniendo una conducta que se orienta a lograr un objetivo o a satisfacer una necesidad. La motivación es lo que hace que vayamos a buscar un vaso de agua cuando nos entra sed, pero también es la que hace que nos levantemos a las 5 de la mañana para ir a correr, aunque haga frío; o que nos quedemos estudiando durante horas, aunque prefiramos hacer otra actividad.
Una persona que posea un buen motivo, un buen impulso, puede llegar a hacer cosas que jamás imaginaría, por esta razón, la motivación ha sido uno de los focos de los psicólogos deportivos, pues un deportista motivado es un deportista que tendrá más posibilidades de alcanzar sus objetivos.
Citando a Nietzsche (filósofo alemán): «Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo«.
Tipos de motivación
La motivación es una fuente fluctuante que varía de una persona a otra, en diferentes momentos y en diferentes situaciones. Por este motivo, hay varias clasificaciones sobre la motivación, no obstante, la más expandida se podría considerar la siguiente:
Motivación extrínseca
En este tipo de motivación, el refuerzo se encuentra fuera de la persona, es decir, lo proporciona el medio (premios tangibles, halagos, aprobación social, dinero…). Aunque estos refuerzos pueden ser un motivo fuerte, se corre el riesgo de que, en el momento de que se deje de administrar el refuerzo, la persona deje de realizar la conducta.
Por ejemplo, una persona que acude al gimnasio sin que le guste y con la única razón de bajar de peso porque su médico se lo ha recetado, dejará de entrenar en el momento en el que llegue a su objetivo o se estanque en el peso.
Motivación intrínseca
Es aquella motivación en la que el refuerzo proviene del interior del individuo, es decir, la persona realiza la acción por el propio placer de hacerlo. Un ejemplo de esto es cuando disfrutamos de un hobby y lo realizamos por la felicidad que nos genera ese momento, sin importar los resultados; como cuando se acude a entrenar por el simple hecho de que uno se siente bien haciéndolo sin prestar atención a las marcas.
Este tipo de motivación se asocia con la autorrealización y el crecimiento personal. Además, se considera, según la psicología del aprendizaje, que, si una persona logra mantener la motivación intrínseca en un nivel alto, tendrá muchas más posibilidades de alcanzar sus objetivos que una persona movida por motivación extrínseca.
Desmotivación y bournout
El término bornout apareció para dar respuesta a un fenómeno que se daba en el ámbito laboral. El bornout o síndrome de estar quemado se trata de un estado de agotamiento físico y mental provocado por un nivel de estrés crónico que altera a la autoestima y estado ánimo del trabajador, produciendo bajo rendimiento en el puesto laboral.
No obstante, con el paso del tiempo se observó que este fenómeno no solo se daba en el ámbito laboral sino también en el deportivo. Cuando un deportista se enfrenta a una situación de mucho estrés; donde se exige y se le exige demasiado, puede desarrollar sentimientos de desesperanza, baja autoestima, fatiga mental, agotamiento físico, inestabilidad emocional, entre otros.
Realizar acciones que eviten entrar en este estado es primordial, ya no solo para el rendimiento deportivo, sino para mantener un buen estado de salud física y mental de la persona.

¿Cómo reconocer si estás desmotivado o quemado en tu rutina de entrenamiento?
Para poder mejorar algún aspecto de nuestra vida, primero es necesario saber identificarlo. Algunos de los signos que pueden ayudar a identificar este estado de desmotivación son:
- Baja autoestima: sensación de poca valía personal y menosprecio de las propias capacidades.
- Percepción de fracaso como una sensación de que no merece la pena seguir.
- Apatía.
- Irritabilidad.
- Fluctuaciones en el estado de ánimo.
- Cambios en los hábitos de sueño: aparece insomnio o hipersomnia (sueño excesivo).
- Baja tolerancia a la frustración: no se gestionan correctamente los errores o las pérdidas. Se quiere todo rápido y de forma fácil.
- Cambios en los hábitos alimenticios.
- Facilidad para generar diferentes excusas que justifiquen no realizar la conducta deportiva.

Es necesario tener en cuenta que cada persona reacciona de diferente manera ante un estado de desmotivación, por ese motivo, es muy importante el autoconocimiento para poder reconocer los propios signos.
¿Qué nos puede llevar a ese estado de desmotivación y cómo lo evitamos?
La ausencia de metas claras y medibles:
No tener una meta bien definida, lleva a que la persona no pueda medir su progreso correctamente. No poderlo medir hace que el proceso sea frustrante y desmotivante debido a que se desconoce lo cerca o lo lejos que se está de conseguir esa meta. Por lo tanto, es necesario tener objetivos claros que nos permitan enfocarnos en lo que queremos y que, además, sean medibles y realistas. También ayuda poder descomponer la meta final en otras metas más pequeñas y a corto plazo que nos propicien un buen feedback de nuestro esfuerzo.

No adaptarse a las necesidades:
A lo largo de la vida, se producen cambios; nuestras condiciones de vida varían y con ella nuestras preferencias, gustos y necesidades. A veces nos ponemos un objetivo en una etapa de nuestra vida y trabajamos durante años, sin percatarnos que quizá, en la actualidad, nos encontramos en otra etapa donde ese objetivo ha perdido significado y ya no nos motiva. Por esta razón, de vez en cuando es bueno pararse y reconsiderar nuestros intereses.
No cambiar la rutina:
Como se comentó al principio del artículo, la mente y el cuerpo se habitúan a los estímulos. Si siempre realizamos la misma rutina de ejercicios, en el mismo horario, los mismos días, llegará un momento en el que el rendimiento baje, el progreso se estanque y no consigamos objetivos. Para evitar esto es bueno variar los entrenamientos (Puedes probar una clase de Body Combat para sentirte empoderado o Strong by Zumba para divertirte), cambiar de vez en cuando los horarios.
De esta manera darle nuevos estímulos al cuerpo y la mente para que se refresquen y vuelvan a generar en nosotros ese estado de curiosidad y motivación que se tiene al principio.
Falta de desafíos:
Sentir que hemos superado retos, que hemos puesto a prueba nuestras capacidades y que hemos superado barreras, es un buen aliciente para continuar con una actividad. Si no tenemos esa sensación de superación, raramente seguiremos con la práctica deportiva.
Moverse solo por motivos extrínsecos:
Tal y como se comentó en el apartado de la motivación, los motivos extrínsecos pueden hacer que la persona abandone la acción si no consigue los refuerzos externos que espera. Cuando esto ocurre es aconsejable pararse, reconsiderar el porqué de lo que se está haciendo y buscar la forma de disfrutar de la actividad y reconectar con uno mismo.

Steve Jobs

Escrito por: Arabia Díaz Negrín – Psicóloga con Mención en Psicología de la Salud e Intervención en Trastornos Mentales y del Comportamiento, cuyo número de colegiada es P-02682.
Bibliografía y referencias
https://mejorconsalud.as.com/fitness/salud/psicologia-deportiva/sindrome-de-burnout-en-deportistas/
https://www.sportlife.es/blogs/entrenamiento-inteligente/te-sientes-estancado-y-desmotivado-en-tu-deporte_206193_102.html https://mundoentrenamiento.com/desmotivacion-y-el-burnout-en-el-deporte/